Cuentan que ya pasó un difícil año
pero, acaso, ¿no es así siempre?
Sí, maltraté amistades y parientes
y varias lágrimas vacié en mi paño.
Pero, siendo honestos, en algo ayudé
y no nada más como “mal ejemplo”,
aunque fui dos o tres veces al templo,
al final, mejor persona resulté.
A ti, querido pariente o amigo,
a ti, que cargas problemas a cuestas,
pero, aunque seas mi archi-enemigo
y sientes lo que la vida nos cuesta,
¡te invito a que disfrutes conmigo
y gocemos de unas felices fiestas!
- Roy Lobo (24.dic.2017)
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